Se suponía que era humor inteligente.

Luis Piedrahita: Es mi palabra contra la mía

A partir de 19,00€
Comprar Entradas
Luis Piedrahita: Es mi palabra contra la mía → Teatro Reina Victoria
11/12/2022 - Teatro Reina Victoria

El humor depende mucho de tus referentes como receptor. Y se retroalimenta. Cuando alguien te resulta divertido, hay una predisposición basada en códigos compartidos, que hace que, incluso, antes de que empiece a hablar, tú ya estas sonriendo. Así, es arriesgado ir a un show de este estilo sin conocer nada del humorista. Fue mi caso. Admito que nunca había visto nada de Piedrahita (cosas de no ver la tele) así que no tenía ni idea de qué registros humorísticos transita, sólo había oído que practica un humor inteligente plagado de riquísimo lenguaje. Pues sería por ser mi primera vez, pero no conecté. Peor; me aburrí. Mucho.

Hasta él en el show hay un momento que nos dice «y pensabais que venías a ver humor inteligente…». Monólogo largo, inconexo, con recursos trillados como reírse de los señores mayores que llevan los pantalones bien altos o que los jóvenes los compran rotos. Para rematarlo, demasiados minutos con humor escatológico, el recurso fácil del caca-culo-pedo pis, y ni siquiera especialmente graciosos (referencias al olor de las heces de nuestros padres) Y donde parece ser que se ve la rapidez y agilidad para improvisar en la reacción ante un camión que toca el claxon en el exterior, resulta que está preparado y sale cada día.

Sí es cierto que el escaso hilo conductor es muy interesante, que nunca estamos contentos con lo que tenemos. Si eres mayor, quieres ser joven. Si eres niño, quieres ser mayor. Ambos pensando que el otro hace lo que quiere. Y que, para luchar contra esa frustración vital, lo mejor es sonreír. El humor es la medicina para el alma. Bonito mensaje. Y la mayoría sí sonreía.

Positivo: La casi media hora previa, mientras el púbico se va sentando, él ya «juega» con nosotros, comentando nuestro aspecto, ropa…sin herir a nadie y generando un ambiente de quitar barreras, de complicidad sin nada más que, aquí sí, su ingenio improvisado. Y el dominio dialéctico de Piedrahita.

Negativo: Aparte del escaso humor, el recurso excesivo de hacer participar al público, con lo que van pasando minutos y minutos sin que desde el escenario nos llegue nada.

← Volver a Luis Piedrahita: Es mi palabra contra la mía

¡Enlace copiado!