La poesía de los cuerpos
Vivo Vivaldi

En Vivo Vivaldi podemos valorar lo que supone la poesía no verbal transmitida por el instrumento más valioso del ser humano: su cuerpo. Del elenco, los bailarines profesionales, hacen una puesta en escena con algunas danzas coordinadas que, conjugadas con vestuario, luces o proyecciones nos trasladan a recovecos de nuestra imaginación dotándoles de sentido.
Vivaldi suma y llena por sí solo, los timbres vocales que no encajan con la melodía pueden restar valor a la experiencia. Vivaldi nunca estorba. El poder de sus melodías hace que esta obra te envuelva durante esas danzas coordinadas dándole un sentido a la propuesta que se lleva a cabo por 10&10 – Narváez, Runde, Sanz.
Durante el montaje, hay juegos con papeles que simulan telas y permiten dotar de un sonido que puede llegar a simular una tormenta de una forma muy ingeniosa, transformando el espacio escénico con elementos mínimos.
Desde mi punto de vista, lo mejor es la poesía de los cuerpos que dejaría solo de la mano de los expertos en la materia para que la partitura sea perfecta: los bailarines profesionales. Lo mejorable: la dirección y el hilo conductor de la obra que va un poco a trompicones.