Atocha: el revés de la luz es una pieza necesaria para conocer el atentado terrorista sucedido el 24 de enero de 1977 en el número 55 de la calle Atocha en el que cinco abogados laboralistas perdieron la vida a manos de tres pistoleros de extrema derecha. En este montaje dirigido por Javier Durán conocemos el clima político que se respiraba en esos años a través de la mirada de Alejandro Ruiz-Huerta (Nacho Laseca), uno de los cuatro abogados que sobrevivieron a la matanza. Al final de la representación hubo un interesante coloquio con el director y los actores donde se manifestó de manera acertada el desconocimiento que las nuevas generaciones tienen respecto a este suceso (ensombrecido quizá-pienso yo-por el atentado del 11-m). Esta es la primera obra teatral que se hace sobre este acontecimiento. Al igual que lo que movió a Primo Levi a escribir sobre la barbaridad del holocausto nazi, uno de los principios que mueven a esta obra es el de rendir un merecido homenaje a las víctimas y el deseo de que no vuelvan a repetirse los horrores del pasado. Y es que, como decía el filósofo George Santayana: «Quien olvida su historia está condenado a repetirla».
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