Lucía G. O.

Sin duda, si en tu infancia imaginabas que podías ser mago, te encantará este Show. Déjate llevar por Borja y disfrutarás de una tarde de ilusión y magia a partes iguales. Desde que enseñas tu entrada empiezas a vivir emociones. Te dan algo que debes guardar pero que hasta el final no sabes para qué es…y cuando llega…te sorprendes a ti mismo haciendo magia… Desde los más pequeñitos hasta los adultos es recomendable, mis peques de 3 y 6 años alucinaron con cada truco. Y yo, incluso mirando la cámara de cerca, no fui capaz de descubrir ningún secreto. Es entrañable escuchar a Borja la historia que narra durante la función, te acerca al espectáculo y te recuerda que todos […]

Desde el momento en el que entras al teatro ya te sumerges en una dimensión paralela. No importa si eres niño, si vas con hijos o sin ellos, si los tienes o no, Matilda no te dejará indiferente. La puesta en escena es deslumbrante y el elenco de actores se entrega al máximo en todo momento. Este musical viaja por la vida de Matilda y su particular familia, hasta que aterriza primero en la biblioteca y, después, en la escuela donde le empiezan a suceder situaciones de lo más divertidas. La Señorita Trunchbull no solo deja boquiabiertos a todos los niños que protagonizan este musical, sino al público, que en ocasiones se sorprende y en otras se ríe a carcajadas. […]

Si estás este verano en Madrid, no puedes dejar de ver esta maravilla. Un espectáculo de la compañía Romanelli que atrapa a grandes y pequeños, dejando volar la fantasía de principio a fin. En este teatro de luz negra, con marionetas de colores fluorescentes,  se representan diferentes números de circo imposibles, gracias al impecable trabajo de 6 invisibles intérpretes que mueven los personajes desde la más completa oscuridad. Olej es un personaje divertido que busca su espacio en el circo, pero le cuesta conseguir mostrar su número, mientras lo intenta, aparecen equilibristas, malabaristas, payasos…todos ellos consiguen atrapar al espectador mientras éste intenta descubrir el «el truco de Romanelli» para que el público no vea las manos que manejan las marionetas. […]