No hay duda que cuando se crea un mito o una leyenda, o a base de ir repitiendo una historia, esta va cogiendo una forma concreta que no se modifica, como mucho se maneja para que siga teniendo una esencia concreta, aquella que es permitida por los poderosos, por los guardias de la supuesta moral. A partir de la Ilíada de Homero y otros textos y poemas, Alberto Conejero construye este poema escénico en que Patroclo comparte con el público la pasión y el amor compartido con su compañero de armas Aquiles antes y durante la guerra de Troya. El dramaturgo estructura en este monólogo un relato lleno de emoción que a través de la mirada de Rubén de Eguía consume a […]