Sin piedad es un espectáculo que no plantea un debate sobre la pena de muerte como método de castigo. Esta historia nos habla de las certezas y de las dudas razonables, de dejarnos llevar por estereotipos o darle especio a la reflexión. Todo ello, eso sí, en el contexto más extremo que podamos imaginar: 12 personas deciden si condenar de manera inapelable a una persona a muerte.