A bombo y platillo es una comedia que no es lo que parece sobre una mujer que no es como pensaba.
¿Cuántas veces nos hemos descubierto defendiendo unas ideas y haciendo luego lo contrario?
Normalmente se puede rectificar sin problema pero… ¿pasaría lo mismo si fuéramos un líder político?
Ese es el caso de la protagonista de A bombo y platillo, una lideresa cuya vida íntima puede reventar de forma definitiva su trayectoria política y profesional.
A bombo y platillo es una comedia coherente sobre la clase política, una comedia naturalista sobre estos tiempos de esperpento, una comedia sugerente sobre la ambigüedad de las personas, una comedia tierna sobre la ambición y una comedia ambiciosa sobre la ternura…
Un espectáculo donde nos reiremos con todas las risas posibles, pero sobre todo nos reiremos.
Sinopsis
Mi madre siempre me dijo que A bombo y platillo (2011) debería hacerse siempre. Y yo le he hecho caso.
La obra ha sido pitonisa que vendría: políticas racistas, homófobas, populistas y falsas que cada vez son más aceptadas por la sociedad.
Se creó en residencia en la Sala Triángulo de Madrid, y gustó mucho… Recibimos críticas buenísimas, ganamos Premio a Mejor Actriz, giramos varios años… Hasta que se acabó. Y tenemos gato, siguió, y yo empecé a dirigir, y a escribir, y vino FELICIDAD, LA PERRA (o la necesidad de ser amado), ALGUNOS DÍAS, en coproducción con el Centro Dramático Nacional.. Y fuimos finalistas a los Max (este año otra vez, qué suerte, gracias), Mejor montaje en RNE, Premio Mejor espectáculo en Feria de Castilla Y León, ídem en Indifest… muchas cosas, casi todo bien, casi. Siempre casi.
La cosa es que me han llegado grandes ganas de volver a mostrar a esta lideresa política mentirosa (y a veces enternecedora y amorosa, a pesar de todas y de todos) y con el permiso de Luis Felipe Blasco (dramaturgo y director del montaje), la he revisitado, un poco. Para su creación, improvisé con lo que me proponía y él hizo la dramaturgia y me gusta tanto, que estará prácticamente igual. Sólo que más nuevo, más de ahora.
Un A BOMBO Y PLATILLO más moderno pero igual de farragoso, merdellón y embustero.
Porque el amor, ¿podría cambiar las cosas?