A gustico es una comedia de Carolina Touceda inspirada en Como gustéis de William Shakespeare, trasladando sus míticos personajes a la edad contemporánea, actualizando sus problemáticas y preocupaciones pero conservando su frescura y perspicacia. En el Teatro Sojo.
Sinopsis
Rosalinda, una mujer argentina afincada en Torrejón de Ardoz, es despedida de su trabajo por su desalmado jefe, Oliver Roldán. Debido a una cotización insuficiente en la seguridad social, el gobierno español la obliga a regresar a su país. Su prima Celia le anima a persuadir al presidente Parragón para que haga algo al respecto. No se imaginan ni por asomo que el mismísimo presidente las acompañará en su viaje a la Patagonia argentina, donde conocerán a Orlando Roldán que, huyendo de la ira de su hermano, ha acabado en el mismo lugar que ellas. Allí, los cuatro vivirán bucólicas y alocadas peripecias que les harán cuestionarse la realidad de sus vidas y enfrentarse tanto entre ellos como a sí mismos, en pos de hallar la felicidad y sentirse realmente “a gustico”.
UNA COMEDIA QUE ROMPE ESTEREOTIPOS
Esta obra nos sumerge en un viaje de autodescubrimiento donde el absurdo y la comedia de enredos se combinan para cuestionar lo que creemos normal. A través de personajes que desafían sus propios límites, la historia expone las imposiciones de un sistema donde el poder define qué es verdad y qué no.
UN HOMENAJE CONTEMPORÁNEO A 'COMO GUSTÉIS' DE SHAKESPEARE
Esta obra toma como inspiración la esencia de Como gustéis, adaptándola a una visión moderna sin perder su espíritu isabelino. Al igual que en las representaciones originales de Shakespeare, la escenografía se reduce a lo esencial, dando protagonismo a la iluminación y la interpretación para que el espectador complete con su imaginación los espacios de esta historia.
Se mantienen elementos clásicos como la música y el baile, integrándolos como piezas clave en la narrativa. El travestismo, presente en la obra original, se convierte en una herramienta para que los personajes se enfrenten a su verdadera identidad. Además, el ritmo ágil y fluido de los diálogos se mezcla con el humor del teatro del absurdo y la commedia dell’arte, sin olvidar el simbolismo del realismo mágico, que transforma lo cotidiano en algo extraordinario.