Paloma negra, es la exploración de una materialidad poética y una apuesta por los puntos de quiebra y fuga del “realismo”. Una tragicomedia musical que, si bien toma su título de una ranchera, tiene en su corazón La Gaviota de Chejov.
Sinopsis
«Está el desierto y un piano enterrado en la arena. Allí, en ese vacío pobladísimo de sombras y de espejismos, tres hombres y tres mujeres. Ellos –los intérpretes, su presencia– son el corazón de la puesta en escena. En mi segundo trabajo como director de escena, quiero ahondar en la exploración de una materialidad poética y apostar por los puntos de quiebra y fuga de lo que consideramos “realismo”; hacer que los cuerpos y el silencio pongan en crisis cada palabra, toda palabra.
El desierto es una promesa y una amenaza. A sus puertas, como cada verano, nos hemos vuelto a reunir. Hace ya muchos años llegamos de un país que se desdibuja al otro lado del océano. Otros nacimos ya aquí, aunque nadie lo crea. ¿Acaso importa? Seguimos aquí, sí. Nos acompañan un puñado de canciones. No sabemos si reímos o lloramos cuando salen de nuestra boca, porque en esta tierra los recuerdos acaban convertidos en alucinaciones y las alucinaciones en recuerdos. ¿Todavía nos oís? Seguimos aquí; una vez estuvimos juntos, ¿os acordáis?»
Alberto Conejero
Castellano
«Está el desierto y un piano enterrado en la arena. Allí, en ese vacío pobladísimo de sombras y de espejismos, tres hombres y tres mujeres. Ellos –los intérpretes, su presencia– son el corazón de la puesta en escena. En mi segundo trabajo como director de escena, quiero ahondar en la exploración de una materialidad poética y apostar por los puntos de quiebra y fuga de lo que consideramos “realismo”; hacer que los cuerpos y el silencio pongan en crisis cada palabra, toda palabra.
El desierto es una promesa y una amenaza. A sus puertas, como cada verano, nos hemos vuelto a reunir. Hace ya muchos años llegamos de un país que se desdibuja al otro lado del océano. Otros nacimos ya aquí, aunque nadie lo crea. ¿Acaso importa? Seguimos aquí, sí. Nos acompañan un puñado de canciones. No sabemos si reímos o lloramos cuando salen de nuestra boca, porque en esta tierra los recuerdos acaban convertidos en alucinaciones y las alucinaciones en recuerdos. ¿Todavía nos oís? Seguimos aquí; una vez estuvimos juntos, ¿os acordáis?»
Alberto Conejero
- Dirección:
- Dramaturgia:
Alberto Conejero - Ayudantía de dirección:
Alicia Rodríguez - Escenografía:
Alessio Meloni - Iluminación:
David Picazo - Vestuario:
Alessio Meloni - Música original:
Mariano Marín - Producción:
Teatro del Acantilado
Teatros del Canal
La Estampida - Producción ejecutiva:
Kike Gómez