Aula Nostra: Divértigos

Aula Nostra: Divértigos

Divértigos, obra que se presenta dentro del ciclo Aula Nostra, donde se investiga una forma de expresión única de cada ser y común a todos

Sinopsis

Encontraron a Serenidad ahorcada de la rama de un discurso.

Esperanza está en terapia con un desdichado.

Felicidad está colocada y ya no sabe dónde vive.

Libertad fue abducida por alguna luz azul.

Iluminación sufre de insomnio.

Verdad vive en el exilio. No hay Comunidad que no tenga sabor a suicidio cómodo.

Dignidad fue excomulgada por una legión de vampiros de dientes emblanquecidos.

Y sin embargo seguimos aquí, con las almas sobrecogidas por la precipitación del tiempo que escapa por el desagüe. Todas las prisas, todo el ajetreo, nuestras lenguas kilométricas que no encuentran el confín del afuera, que no paran de hablar de su nostalgia del silencio, todo el ruido y todo el apresuramiento no logran librarnos de la sensación de atascamiento. No hay ninguna parte dónde agarrarse ni dónde dejarse caer. No hay vuelo ni suelo. Hay vértigos horizontales.

Y sin embargo aquí estamos con la necesidad de plantarnos en un mundo al que no pertenecemos del todo. ¿Que hayamos inventado mitos no prueba que somos poesía por esencia? ¿Cómo es posible soñar sin recordar el paraíso, sin intuir el infierno? Nuestra existencia se asemeja al vértigo de un ángel. Ha llegado el momento de celebrar una gran rebelión celestial.

Idioma:
Castellano
Sinopsis

Encontraron a Serenidad ahorcada de la rama de un discurso.

Esperanza está en terapia con un desdichado.

Felicidad está colocada y ya no sabe dónde vive.

Libertad fue abducida por alguna luz azul.

Iluminación sufre de insomnio.

Verdad vive en el exilio. No hay Comunidad que no tenga sabor a suicidio cómodo.

Dignidad fue excomulgada por una legión de vampiros de dientes emblanquecidos.

Y sin embargo seguimos aquí, con las almas sobrecogidas por la precipitación del tiempo que escapa por el desagüe. Todas las prisas, todo el ajetreo, nuestras lenguas kilométricas que no encuentran el confín del afuera, que no paran de hablar de su nostalgia del silencio, todo el ruido y todo el apresuramiento no logran librarnos de la sensación de atascamiento. No hay ninguna parte dónde agarrarse ni dónde dejarse caer. No hay vuelo ni suelo. Hay vértigos horizontales.

Y sin embargo aquí estamos con la necesidad de plantarnos en un mundo al que no pertenecemos del todo. ¿Que hayamos inventado mitos no prueba que somos poesía por esencia? ¿Cómo es posible soñar sin recordar el paraíso, sin intuir el infierno? Nuestra existencia se asemeja al vértigo de un ángel. Ha llegado el momento de celebrar una gran rebelión celestial.

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