Una imagen interior es un espectáculo de El Conde de Torrefiel.
Sinopsis
Toda la existencia es una imagen interior, o una sucesión de imágenes que discurre en mi cabeza, como una película. Si me muero se acaba la película, aunque una muy parecida siga discurriendo en otras cabezas. Yo desaparezco, pero no así la realidad. El mundo soy yo en cuanto que soy una parte del mundo. La realidad… ¿Qué diablos es la realidad? Una pregunta muy antigua y una impresión de lo que percibimos que ni las palabras ni las imágenes consiguen plasmar del todo. «Ante la evidencia de este paisaje de fracaso, Una imagen interior es un ejercicio poético que sonda los principios fundacionales del concepto de ficción en disputa constante con la incuestionable ley gravitacional a la que están sujetos los cuerpos». Así explica El Conde de Torrefiel, o lo que es lo mismo, Tanya Beyeler y Pablo Gisbert, esta aproximación al complejo concepto de realidad y a su tensión cada vez más acuciante con todo eso que llamamos ficción, cada vez más hegemónico. ¿O es una ficción la hegemonía de la ficción? ¿Es hegemónica por excesiva y excesiva por ser producto capitalista? ¿Nos abruma el exceso de ficción hasta comprometer nuestros sentidos y nuestra salud mental? ¿Hemos entregado la capacidad de generar relatos propios al capitalismo de plataforma como delegamos nuestra inteligencia frente al solucionismo irreflexivo y acrítico de Silicon Valley?
Como es habitual en el trabajo de El Conde de Torrefiel, se llega a un resultado a través de varias fases de trabajo que van sucediendo en distintos lugares. El primer impulso, en este caso, surge de un concepto fabricado por ellos mismos: el de ultraficción. «Fue la palabra que encontramos para dar nombre a una sensación que teníamos durante los dos años de pandemia, donde la frontera cada vez más fina entre realidad y ficción estaba muy presente»”, explica Tanya Beyeler. La primera aproximación al concepto tuvo lugar en el festival italiano de Santarcangelo en verano de 2021 y la pieza se ha ido modelando en diversas tentativas posteriores. La idea principal que finalmente atraviesa el trabajo tiene que ver con que «la realidad muchas veces es una ficción construida, un orden imaginado por uno mismo que adquiere categoría de real, sin serlo». De ahí que hayan apostado por entregar su investigación a través de un texto en primera persona, un yo problematizado combinado con otros elementos escénicos aparentemente desconectados de la idea expresada en palabras.