El entusiasmo pretende tratar con humor e ironía el tema de la pareja, los hijos y la crisis de la mediana edad, a la vez que construye un artefacto teatral con la ambición y el juego propios de la novela posmoderna.
Sinopsis
Entusiasmo
Del lat. mod. enthusiasmus, y este del gr. enthousiasmós; propiamente ‘inspiración o posesión divina’.
1. m. Exaltación y fogosidad del ánimo, excitado por algo que lo admire o cautive.
2.m. Adhesión fervorosa que mueve a favorecer una causa o empeño.
3.m. Furor o arrobamiento de las sibilas al dar sus oráculos.
4.m. Inspiración divina de los poetas antiguos y de los profetas.
1.–
Preguntas que están en el origen de esta obra:
¿Hasta qué punto es posible cambiar lo que somos, o estamos determinados por nuestras elecciones pasadas? A medida que envejecemos, ¿nuestras opciones se reducen, o estamos más capacitados para dirigir a dónde vamos? ¿En qué medida controlamos esa dirección? ¿Cuánto influye el azar? Las posibles vidas que podríamos haber vivido… ¿se pierden para siempre o perviven en nosotros como fantasmas? En definitiva: ¿somos autores de nuestras vidas, o simplemente personajes?
2.–
En una de las versiones de Vania que realicé el año pasado, uno de los personajes, el médico Astrov, decía: «En la mediana edad hay misterio, hay perplejidad (…) Es como si hubiéramos tomado un camino equivocado, pero ¿cuándo? Imposible saberlo». No son palabras mías, ni de Chéjov. Se trataba en realidad de una entrada de los diarios del escritor norteamericano John Cheever. Una reflexión sobre la(s) crisi(s) de la mediana edad que está en la raíz de El entusiasmo.
Los personajes de esta obra comienzan donde terminan los de Vania. Frente a la apatía e inacción que caracteriza a los personajes de Vania, los de esta obra se lanzan en todo tipo de direcciones: unos cambian de trabajo, otros se divorcian, hay quien deja todo y se pone a escribir la novela que lleva veinte años queriendo escribir, o incluso quien sufre una repentina transformación religiosa y se apunta a una secta. Los argumentos y las supuestas salidas son múltiples, pero el motor es el mismo: un intento desesperado por agarrarse a aquello que nos mantiene vivos o, lo que es lo mismo, por recuperar el entusiasmo.
3.–
En cuatro partes diferenciadas, que funcionan a modo de novelas interconectadas, asistimos a las posibles vidas de algunos de estos personajes. Sus vidas cambian de una parte a otra, explorando así las consecuencias del azar y de los caminos tomados. Sucesos alternativos conducen a vidas alternativas; los argumentos y las circunstancias cambian, los deseos y pulsiones permanecen.
El entusiasmo propone una estructura de principios sucesivos. Cada parte se lee como un nuevo principio, que hace releer lo que hemos visto hasta ahora. Algunas de estas partes resultan ser ficciones construidas en otro capítulo. El juego de la ficción está continuamente presente: los personajes se narran o se escriben unos a otros, alternando en sus respectivas reencarnaciones los roles de narrador/autor y personaje.
4.–
La obra vincula el tema del entusiasmo en la vida de los personajes con el entusiasmo por la narración y por contar historias. Algunas de estas historias se centran en lo pequeño, en el mundo de la pareja, la maternidad/paternidad y sus complejidades, otras tienen un peso argumental más fuerte y nos llevan lejos en el espacio y en el tiempo. Una parte tiene un formato documental, otra se vuelca descaradamente en la ficción… componiendo así un caleidoscopio de historias y personajes.
Pablo Remón
Funciones accesibles: 27 y 28 NOV 2025 SUB+AD+AA