El hombre que plantaba árboles es una obra de la compañía Teatro Gorakada. Este hermoso relato de Jean Giono encierra un vigoroso mensaje contra la destrucción de la vida y es un canto, sobrio y austero, a la armonía mediante la cual los seres humanos conservan y enriquecen la tierra en la que coexisten con los animales, unos y otros enriquecidos a su vez por el silencioso, aunque sensible reino vegetal.
Sinopsis
Esta es la maravillosa historia de Elzéard Bouffier, un pastor imaginario, aunque totalmente creíble, que durante muchos años se dedicó a plantar árboles en una extensa zona de Provenza y convirtió en una zona llena de vida y de verdor lo que antes era un erial desolado. El relato del autor se inicia en 1913, época en que conoce al pastor solitario que plantaba árboles, y termina en esa misma comarca más de treinta años después, cuando la visita después de la guerra y la encuentra convertida en un vergel.
La historia está narrada por un hombre que permanece en el anonimato durante todo el relato, comienza cuando este joven está llevando a cabo una excursión en solitario a través de la Provenza, Francia, cerca de los Alpes. El relato es tan conmovedor que muchos lectores creyeron que Elezard Bouffier fue un personaje real y el narrador fue el propio Jean Giono, y que, por lo tanto, la historia fue en parte autobiográfica. El autor explicó en una carta de 1957 a un representante de la ciudad de Digne: Lamento decepcionarlo, pero Elzeard Bouffier es un personaje inventado. El objetivo de esta historia es hacer amar a los árboles o con mayor precisión: hacer amar plantar árboles (lo que después de todo, es una de mis ideas más preciadas). O, si se considera por el resultado; el objetivo es obtener el mismo resultado de nuestro personaje imaginario. La carta describía cómo el libro fue traducido a multitud de idiomas, distribuido de forma gratuita, y afirmó que fue un éxito. El autor agregó que, a pesar de que no ganaba un céntimo, había sido uno de los textos de los cuales se encontraba más orgulloso.