Frontera / Procesión, Un ritual del agua

Frontera / Procesión, Un ritual del agua

Frontera / Procesión, Un ritual del agua, una acción en el espacio público, un ritual colectivo en torno al agua concebido como una especie de manifiesto danzado que imagina un orden político feminista a través del cual cuidar y reparar el futuro.

Recorrido: desde La Casa Encendida, barrio de Lavapiés, final plaza de Nelson Mandela.

Sinopsis

Para Amanda Piña la frontera no es sólo un lugar sino una marca impresa en los cuerpos: una huella contra todo paradigma colonial de universalismo compartida sólo por quienes encarnan una historia común de opresión. En Frontera/ Procesión – Un Ritual del agua, Amanda Piña trabaja con un elenco mixto de intérpretes de su propia compañía y con un amplio grupo de mujeres, bailarines amateurs, integrantes de asociaciones locales del barrio y de la ciudad de Madrid que comparten estas experiencias. La participación de asociaciones sociales y culturales de la ciudad tiene por objeto fortalecer la solidaridad con y entre personas que se identifican como mujeres en diversas situaciones de vulnerabilidad.

La pieza forma parte del volumen 4 del proyecto de investigación artística Movimientos Humanos en Peligro de Extinción, el cual se centra en la reaparición de formas ancestrales de movimiento.

La investigación se enfoca en una danza que nace en los años 90 en el barrio de El Ejido Veinte de Matamoros, Tamaulipas, en la frontera entre México y los Estados Unidos. Esta danza callejera iniciada por Rodrigo de la Torre, es bailada por jóvenes de clase trabajadora en un contexto de violencia y precarización laboral fronteriza. Se remonta a la creación de las denominadas «Danzas de Conquista», inicialmente concebidas por la corona española para representar la victoria cristiana sobre los moros en la Península Ibérica, las cuales son exportadas a Abya Yala (el continente americano) para ser utilizadas como propaganda racista durante la colonización. Con el tiempo, estas danzas revierten su matriz colonial, transformándose en herramientas para encarnar formas de resistencia, «re-conquista» y autodeterminación.

Duración:
Edad:
A partir de 18 años
Sinopsis

Para Amanda Piña la frontera no es sólo un lugar sino una marca impresa en los cuerpos: una huella contra todo paradigma colonial de universalismo compartida sólo por quienes encarnan una historia común de opresión. En Frontera/ Procesión – Un Ritual del agua, Amanda Piña trabaja con un elenco mixto de intérpretes de su propia compañía y con un amplio grupo de mujeres, bailarines amateurs, integrantes de asociaciones locales del barrio y de la ciudad de Madrid que comparten estas experiencias. La participación de asociaciones sociales y culturales de la ciudad tiene por objeto fortalecer la solidaridad con y entre personas que se identifican como mujeres en diversas situaciones de vulnerabilidad.

La pieza forma parte del volumen 4 del proyecto de investigación artística Movimientos Humanos en Peligro de Extinción, el cual se centra en la reaparición de formas ancestrales de movimiento.

La investigación se enfoca en una danza que nace en los años 90 en el barrio de El Ejido Veinte de Matamoros, Tamaulipas, en la frontera entre México y los Estados Unidos. Esta danza callejera iniciada por Rodrigo de la Torre, es bailada por jóvenes de clase trabajadora en un contexto de violencia y precarización laboral fronteriza. Se remonta a la creación de las denominadas «Danzas de Conquista», inicialmente concebidas por la corona española para representar la victoria cristiana sobre los moros en la Península Ibérica, las cuales son exportadas a Abya Yala (el continente americano) para ser utilizadas como propaganda racista durante la colonización. Con el tiempo, estas danzas revierten su matriz colonial, transformándose en herramientas para encarnar formas de resistencia, «re-conquista» y autodeterminación.

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