Jäger, fuet y una última canción navega entre lo que queremos que sea y lo que realmente es, entre la realidad y lo deseado, entre vivir lo que se supone que tiene que ser o aceptar lo que realmente es. Por eso, el montaje juega con esa dicotomía alternando elementos puramente naturalistas y elementos fantásticos y estéticamente diferenciados.
La propuesta escénica sale más allá del escenario intentado crear en el espectador una sensación de inmersión plena en ese universo paralelo que se genera en el camping de un festival de música.
Por otro lado, la música tendrá un papel muy importante dentro el montaje ya que es un parte esencial dentro de los festivales y, aunque no tenga un papel protagonista dentro de la trama sí que lo tendrá a nivel escénico. Durante todo el transcurso de la obra habrá una persona pinchando en escena por lo que música y teatro se unirán.
Sinopsis
Eme, Cris y Jota son tres amigos que se han enfrentado juntos a todas las etapas de su vida. Compartieron sus primeras veces, sus primeros besos, sus primeros botellones, sus primeros suspensos y sus graduaciones, los primeros créditos en el banco, las primeras malas decisiones, los primeros para siempre y sus primeras despedidas. Se llenaron de esperanzas mientras construían un futuro decente con grados universitarios y trabajos estables y se engañaron creyendo lo jodidamente maravillosa que sería su vida… “cuando fueran mayores”.
Hoy, cerca de los treinta, viajan a unas vacaciones como “las de siempre” pero con muchos reproches escondidos, corazones que ya no volverán a ser los mismos y ganas de dejarlo todo atrás.
Les habían prometido todo:
Si estudias, tendrás un buen trabajo.
Si ahorras, podrás comprarte una buena casa.
Si te esfuerzas, el amor será definitivo.
Pero nada de eso se ha cumplido.
Aún así, siempre habrá tiempo para una última canción.