«¿Qué queda cuando se ha eliminado todo? Sin duda queda el blanco. Y lo que aún tendremos que hacer añicos para llegar al mínimo común denominador. A lo que, obstinadamente, nos sigue hablando de Là, desde Là. Cueste lo que cueste. Se escape lo que se escape. Tanto por el encantamiento y el viaje, como por la alegría.
Al principio, estaría el gesto reducido a lo esencial: dos cuerpos, dos géneros, dos colores, dos dimensiones, dos reinos, una misma soledad, el mismo deseo tenaz que sigue y que vuelve a empezar. Las mismas ganas profundas de dejarse transformar por el otro, desplazar por el otro. Como si todo existiera, únicamente, si fuese perturbado o traspasado. Habría dos humanos y un cuervo embarcándose entre sí en un curioso baile sensible y poético, donde cada cuerpo deja marca, donde cada historia se escribe.
Primera parte de un díptico, Là es un prólogo, un gesto bruto y desnudo que circula entre cuerpos y voces, entre ritmos y portés, entre caída e impulso. En él, nada se fija, nada se instala, todo se precipita. Esta primera obra, avanzadilla de Falaise, muestra esa lengua sin palabras ni pausas que se desarrolla bajo nuestras vidas. Da la vuelta al espacio interior como a un guante y nos invita a observarnos en la superficie cambiante que nos tienden nuestros gestos. Haciendo un zoom al presente del aquí y del ahora, Là revisita los gestos ignorados, los gestos impulsivos, los de la sacudida, los del espasmo o del grito, los de la vida de cualquier modo, los de la vida a cualquier precio.» Barbara Métais-Chastanier