La gran cacería es una propuesta, escrita y dirigida por Juan Mayorga y producida por Teatro del Barrio, que parte de una pregunta en segunda persona del plural: ¿Sabéis vosotros qué os quita el sueño? Porque todo arranca en una noche de insomnio a bordo de un barco que cruza el Mediterráneo, un barco que salió de Sicilia con destino al continente. Es quizás un viaje en el tiempo más que en el espacio, porque el Mediterráneo es mucho más que un testigo de la historia de Europa: es protagonista, es carcelero, es enterrador, es forjador de carácter, es alimento de pasiones, es dios y diablo, es mito y realidad. Atravesando el mar al que se asoma tanta literatura en todas sus orillas, un hombre, en su camarote, de noche, no consigue dormir. A su memoria vuelven una y otra vez imágenes de otras naves, de otros viajes. En el Teatro del Barrio.
Sinopsis
Una noche de insomnio, un viajero -a cuyas palabras pone cuerpo el propio autor- atraviesa el Mediterráneo, el mar más denso en Historia y en historias. Regresa al continente desde Sicilia, y en esta hora oscura, mientras navega por las aguas que fueron llamadas Mare Nostrum, su mente es asaltada una y otra vez por las imágenes de La gran cacería, un mosaico romano que ha encontrado en su visita a la gran isla.
Sobre el autor
Juan Mayorga no es precisamente un hombre acomodaticio, cuando podría serlo perfectamente desde su atalaya de Premio Princesa de Asturias, académico de la lengua y director del Teatro de La Abadía. Mayorga es ante todo un fabulador y un enamorado del teatro y de sus posibilidades, que no deja de explorar desde la escritura y desde la dirección. Ahora encara un nuevo proyecto junto a, nada más y nada menos, el actor inglés Will Keen, muy vinculado a España por motivos profesionales y personales. Keen ha trabajado con directores de la talla de Declan Donnellan, Peter Hall, Michael Attenborough o Tim Carroll y con compañías como la Royal Shakespeare Company, dejándose ver en escenarios londinenses como el National Theatre o el Royal Court, y en otros de Nueva York, París, Berlín, Milán o Edimburgo. Junto a Keen y Mayorga, Elisa Sanz se encarga de la plástica escénica y la iluminación es de Pedro Yagüe, reunidos todos en torno a una experiencia teatral que indaga en las posibilidades expresivas y artísticas de la convivencia entre el soliloquio y las artes del movimiento.




