Un hombre, Fando, empuja un carretillo donde se acomoda Lis, una mujer impedida. Llevan mucho tiempo juntos. Se soportan, se quieren, se detestan, se necesitan, se sostienen. Desean llegar a Tar, la tierra prometida. En ese empeño transcurre su existencia. Toso, Namur y Mitaro, tres individuos que son uno solo, concurren con ellos en medio del camino, de la nada, enzarzados en persistentes debates. Asimismo, buscan y se dirigen a Tar pero, al igual que Fando, jamás la encuentran, nunca llegan a ella, siempre acaban en el mismo punto, de partida o de final. Dos mundos coincidentes donde es imposible el entendimiento. Teatro del absurdo, criaturas pánicas de un cosmos delirante en el que el desamparo, la crueldad y la muerte gravitan sobre ellos en una realidad incoherente, caótica y sin sentido.
Sinopsis
Escrita por Fernando Arrabal -el dramaturgo español vivo más universal- en 1955, Fando y Lis inicia el camino del teatro pánico siendo su texto paradigmático, donde el autor encierra su particular actitud ante el convencionalismo y los tabúes de la época y la sociedad que le tocó vivir, sus temores y fobias, fantasmas de una niñez que tal vez aún pervivan. La incomunicación, la zozobra, la angustia, el vacío y la duda, tejen un cendal que cubre y aísla a los surreales seres nacidos de su portentosa capacidad creativa y al espacio en el cual se desarrolla su quehacer vital, sujetos inmersos en una realidad sin esperanza no exenta de un peculiar lirismo que se entrevera con las situaciones más tremendas.
La sincronía existente entre Fando y Lis y Esperando a Godot -obras esenciales de una innovación dramática que señalaría la senda a seguir- es considerable. En ambos textos el deseo y la necesidad conducen a unos personajes desolados e indolentes, imperiosamente obligados a perseverar en empresas inviables mas condenados a creer en ellas, ya que esa incierta certidumbre del arribo o la presencia es lo único que da sentido a sus vidas.