Luz sobre las cosas

Luz sobre las cosas

En Luz sobre las cosas no hay mapa ni hilo argumental al que asirse para la exploración a la que se convoca.

Sinopsis

El espectador se sumerge en la oscuridad de la caja escénica como niños que bajan a un sótano tenebroso, precisamente, porque no saben lo que van a encontrar, en busca de aventuras desconocidas; con ese mismo placer infantil y expuesto de recorrer, a tientas y desorientados, una habitación familiar a la que privamos de luz, para convertirla en el territorio más extraordinario y alucinante. Asistimos, ahí, al ritual de la creación, y todo lo que los artistas que lo ofician y nos acompañan pueden hacer, es crear el vacío, la oscuridad y el silencio, para que algo nuevo pueda gestarse y manifestarse.

Luz sobre las cosas celebra el escenario de un teatro cercano y querido como el lugar de transformación constante; donde, del diálogo de la luz, del sonido y del trabajo de los intérpretes con el espacio, pueden surgir esas atmósferas escénicas que nos envuelvan y transporten, que despierten nuestros sentidos y nuestra imaginación y nos revelen otros secretos del mundo y de uno mismo; como un lugar donde poder estar y dejar de ir corriendo de un lado a otro buscando la salida; como una casa encantada en la que se nos ha pasado una vida entera.

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Sinopsis

El espectador se sumerge en la oscuridad de la caja escénica como niños que bajan a un sótano tenebroso, precisamente, porque no saben lo que van a encontrar, en busca de aventuras desconocidas; con ese mismo placer infantil y expuesto de recorrer, a tientas y desorientados, una habitación familiar a la que privamos de luz, para convertirla en el territorio más extraordinario y alucinante. Asistimos, ahí, al ritual de la creación, y todo lo que los artistas que lo ofician y nos acompañan pueden hacer, es crear el vacío, la oscuridad y el silencio, para que algo nuevo pueda gestarse y manifestarse.

Luz sobre las cosas celebra el escenario de un teatro cercano y querido como el lugar de transformación constante; donde, del diálogo de la luz, del sonido y del trabajo de los intérpretes con el espacio, pueden surgir esas atmósferas escénicas que nos envuelvan y transporten, que despierten nuestros sentidos y nuestra imaginación y nos revelen otros secretos del mundo y de uno mismo; como un lugar donde poder estar y dejar de ir corriendo de un lado a otro buscando la salida; como una casa encantada en la que se nos ha pasado una vida entera.

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