Muerta en la bañera es un monólogo de una mujer que reclama su lugar en el mundo desde el movimiento, la palabra y la danza flamenca y contemporánea. El viaje de Sonia, una mujer que se descubre en lo absurdo de su día a día, y que nos sumerge en las sensaciones y afectos de su alma.

Sinopsis

Todo ocurre tras la muerte de un familiar, en un funeral donde lo que se dice, no es lo que se debería decir. En un código irónico que roza el surrealismo, Sonia expone a su «antihéroe», que se enfrenta a los obstáculos que le han conformado y que no le dejaban caer ante nada, permitiéndose por primera vez, «hacer las cosas mal». Reafirma su forma caótica de vivir, de ser y estar en el mundo, pero decide hacerlo en el lugar y momento menos adecuado aparentemente. Las palabras le salen a borbotones en mitad de su discurso fúnebre, sin poder contenerse, enfrentándose a su constante represión y dejando que la danza se apodere de ella. Sonia se ríe de sus incoherencias, se enfrenta a la superficialidad que la atrapa y revela un mundo de emociones escondidas desde hace mucho tiempo.

En Muerta en la bañera, Sonia vive acompañada de unos músicos que esconde en el armario de su casa; un guitarrista de flamenco y live looping, un cantaor y un percusionista que como si fueran parte de un sueño, le ponen música a cada instante vivido por la actriz y bailarina, creando estados, texturas, ambientes y canciones; todo esto en absoluto directo.

Duración:
Idioma:
Castellano
Sinopsis

Todo ocurre tras la muerte de un familiar, en un funeral donde lo que se dice, no es lo que se debería decir. En un código irónico que roza el surrealismo, Sonia expone a su «antihéroe», que se enfrenta a los obstáculos que le han conformado y que no le dejaban caer ante nada, permitiéndose por primera vez, «hacer las cosas mal». Reafirma su forma caótica de vivir, de ser y estar en el mundo, pero decide hacerlo en el lugar y momento menos adecuado aparentemente. Las palabras le salen a borbotones en mitad de su discurso fúnebre, sin poder contenerse, enfrentándose a su constante represión y dejando que la danza se apodere de ella. Sonia se ríe de sus incoherencias, se enfrenta a la superficialidad que la atrapa y revela un mundo de emociones escondidas desde hace mucho tiempo.

En Muerta en la bañera, Sonia vive acompañada de unos músicos que esconde en el armario de su casa; un guitarrista de flamenco y live looping, un cantaor y un percusionista que como si fueran parte de un sueño, le ponen música a cada instante vivido por la actriz y bailarina, creando estados, texturas, ambientes y canciones; todo esto en absoluto directo.

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