Pero no se lo digas es un espectáculo con un ritmo vertiginoso, y una inteligencia desbordante, que suena a carcajada. Un montaje punzante, absurdo, hilarante y, sobre todo, lleno de comicidad y frescura, en ocasiones terrenal, y en otras más cercano al Planeta Marte o a cualquiera de otra galaxia.
Sinopsis
Laura y Paco son un matrimonio que recibe la visita de su amigo Ramón, quien acaba de sufrir una ruptura amorosa. La cena, lejos de servir de consuelo y apoyo para su amigo, se convierte en una tortura disparatada donde no darán respiro al desconsolado Ramón. En un momento en que Paco baja a comprar unos limones, Laura confiesa a Ramón los diez mil disparates por los que la pareja está atravesando, fruto de la falta de comunicación, el hastío y el tren de vida en el que ven descarrilar su vida. Será meter el dedo en la llaga una y otra vez, nombrar la soga en casa del ahorcado, y beber el agua (más bien el whisky) que juré que no iba a beber.