Reflexión sobre el ocaso de la juventud y las incertidumbres, los ideales viciados y el regocijo que esa edad encierra, Play Dead celebra, no obstante, la vida como un baile perpetuo, con un deseo de conectarse con los demás y compartir la intimidad.
Sinopsis
En un mundo que parecía irreal, primavera del año 2000, pandemia mundial, seis artistas que se habían conocido en la escuela de circo de Montreal decidieron, durante ese periodo de aislamiento, investigar a través de internet maneras en las que se pudiera compartir la intimidad con el público. Fue la semilla que unió un proyecto original que decidieron llamar People Watching.
En ese proceso creativo que abrieron fueron elaborando un lenguaje que combinaba insólitamente acrobacias, teatro físico, coreografía, vídeo y fotografía. Su primer espectáculo, Play Dead (Hacerse el muerto), estrenado en 2023, trasladó al escenario algo de aquella irrealidad momentánea del mundo. Y lo hizo reinventando el circo contemporáneo, según ha destacado la crítica, en espectáculos que persiguen antes conectar con el espectador que deslumbrarlo con grandiosidad.
La identidad de People Watching reside en lo colectivo. En Play Dead no hay un único director artístico, ni un único coreógrafo principal, ni un único director, sino que los seis fundadores de la compañía canadiense se conjuraron en este experimento onírico que carece de solos y donde las disciplinas de cada artista (malabarismo, acrobacias, trapecio) se combinan, entrelazan y fusionan. “Es como una reunión de personas en un mundo irreal”, lo ha definido Anke Politz, directora artística de Chamäleon de Berlín, donde el pasado enero se exhibió Play Dead.
Ese universo trascendido de lo real tiene en escena, sin embargo, formas reales concretas: la sala de estar de un apartamento, de muebles barrocos, donde se reúnen los ocho personajes de la obra para, a través de sus cuerpos, contar, sin palabras, pequeñas historias cotidianas, surrealistas, que nos muestran lo hermosa, retorcida y risible que puede ser la realidad. La acrobacia del más alto nivel se fusiona con la poesía y el humor. Los artistas saltan, caen, vuelan, bailan sobre botellas de champán, hacen girar platos sobre varillas…
Este espectáculo pertenece a RIESGO – Festival de circo de la Comunidad de Madrid.
Aviso: el espectáculo incluye desnudos parciales







