Sinopsis
Gonzalo Escarpa entiende la poesía como obra permanente, y su presentación en directo como un espectáculo lingüístico que asimila los materiales de otras disciplinas como la performance o las nuevas tecnologías. Sus poemas suponen un acercamiento de la poesía a la conducta, por lo que aparecen gastados por el uso, comprometidos con su utilidad. Como quería Ángel Guinda, Escarpa practica una poesía “que sirve al ser humano”, una poesía más cercana a la provocación que a la consolación.