Qué difícil es dirigir una buena obra, ¿no creen? ¿No están cansados de ver a personajes sin pararse a pensar en quién los interpreta?
Siempre que me siento en una butaca me surge otra pregunta: «¿de qué va esta obra, qué me quiere contar el director?» Y creo, profundamente, que la verdadera dirección no es contar tu historia sino, simplemente, darle vida y voz a esos personajes y a las actrices y actores que los representan. Por eso me gustó esta obra, porque no habla del teatro, no habla de los personajes, simplemente te muestra a las personas con las cuales, de verdad, podemos identificarnos.
Esteban Roel
Sinopsis
Un camerino. Cuatro actores. Cuatro espejos.
A partir de un suceso inesperado, nuestros protagonistas vivirán un torbellino de emociones, recuerdos y confesiones que van a desembocar en un divertido caos que nos invitará a conocer sus miedos y sus ilusiones. A través del humor y el sarcasmo descubriremos qué difícil -¡y qué hermosa!- puede ser la vida y cómo, todos y cada uno, tenemos que representar el papel que nos toca.
Para nuestros personajes, la mejor función de sus vidas no ocurrirá en el escenario sino en su camerino.