Retrato de mujer árabe que mira al mar es un texto sobre la renuncia a profundizar en el conocimiento del otro, del extraño y por lo tanto, sobre la incapacidad de aceptar y colmar las diferencias culturales que dividen dos mundos, desde siempre en estrecho contacto y desde siempre tan lejanos. Un texto sobre la sutil línea que separa el amor y el enamoramiento, el jugar y el tomarse como un juego, la seducción y la dominación, el dar y el deseo de posesión.
Pero es también un texto sobre la incomprensión y el error que cometemos cuando pensamos que conocemos algo, sin querer antes acercarnos verdaderamente a ello. Y, por lo tanto, sin haber comprendido su valor real.
Sinopsis
La relación entre las dos orillas del Mediterráneo es, en este caso, una metáfora del encuentro entre un hombre europeo y una mujer norteafricana. El hombre se acerca a la mujer empujado por una curiosidad que verá satisfecha; la mujer se acerca al hombre movida por una esperanza que no se cumplirá. Este gesto de acercamiento tiene, para cada personaje, un valor diferente, y cambia el destino de los dos protagonistas y de los hermanos de la mujer.
Entre los personajes se abre una lucha que es, sobre todo, verbal y que subraya la distancia entre seres humanos, culturas y visiones del mundo diferentes, a partir precisamente de la distancia lingüística. El texto busca esta tensión entre palabra e imagen, entre lo dicho y lo indecible, entre el discurso claro y el ritmo suspendido de la poesía. Para salvaguardar, no solo lo que la palabra dice, sino también lo que no dice: no solo lo que está ya escrito, sino también lo que el espectador puede imaginar.