Sopro es una pieza que pretende preservar el patrimonio inmaterial que atesoran los oficios que el teatro ha jubilado.
Espectáculo con sobretítulos en español.
Sinopsis
Sopro, esta inspirada en una vieja profesión de la escena, la de apuntador.
El de apuntador es un oficio en vías de extinción, si no extinguido ya, al menos en nuestro país.
En Portugal queda una apuntadora seguro, la protagonista de Sopro, Cristina Vidal, que lleva 40 años ocupando ese puesto en el Teatro Nacional Dona Maria II de Lisboa. Tiago Rodrigues, que dirige este teatro desde hace cuatro años, califica a Cristina Vidal como un “archivo vivo de historia del teatro” y, por primera vez, y gracias a este montaje, sale de entre bastidores para desempeñar en escena el papel de su propia vida.
Tiago decidió construir un espectáculo mezclando las historias y anécdotas que le había ido contando Cristina con textos de Chéjov, Molière o Racine y con ficciones originales en las que se envuelve al resto del elenco. No en vano, actores y actrices le deben muchas veces la vida a los apuntadores, porque son los que les sacan del temible quedarse en blanco. “El apuntador es alguien que habla al mismo tiempo la lengua de los bastidores y la del escenario, es un políglota que se mueve en la frontera de esos dos mundos”, explica Tiago Rodrigues, empeñado con esta pieza en preservar ese patrimonio inmaterial que atesoran los oficios que el teatro del siglo XXI ha jubilado para siempre.
Portugués
Sopro, esta inspirada en una vieja profesión de la escena, la de apuntador.
El de apuntador es un oficio en vías de extinción, si no extinguido ya, al menos en nuestro país.
En Portugal queda una apuntadora seguro, la protagonista de Sopro, Cristina Vidal, que lleva 40 años ocupando ese puesto en el Teatro Nacional Dona Maria II de Lisboa. Tiago Rodrigues, que dirige este teatro desde hace cuatro años, califica a Cristina Vidal como un “archivo vivo de historia del teatro” y, por primera vez, y gracias a este montaje, sale de entre bastidores para desempeñar en escena el papel de su propia vida.
Tiago decidió construir un espectáculo mezclando las historias y anécdotas que le había ido contando Cristina con textos de Chéjov, Molière o Racine y con ficciones originales en las que se envuelve al resto del elenco. No en vano, actores y actrices le deben muchas veces la vida a los apuntadores, porque son los que les sacan del temible quedarse en blanco. “El apuntador es alguien que habla al mismo tiempo la lengua de los bastidores y la del escenario, es un políglota que se mueve en la frontera de esos dos mundos”, explica Tiago Rodrigues, empeñado con esta pieza en preservar ese patrimonio inmaterial que atesoran los oficios que el teatro del siglo XXI ha jubilado para siempre.
- Dirección:
Tiago Rodrigues - Dramaturgia:
Tiago Rodrigues - Ayudantía de dirección:
Catarina Rôlo Salgueiro - Escenografía:
Thomas Walgrave - Iluminación:
Thomas Walgrave - Sonido:
Pedro Costa - Vestuario:
Aldina Jesus - Fotografía:
Filipe Ferreira - Producción:
TNDM II