Un segundo para rezar o permítame un segundo para vomitar es una pieza escénica que habita entre el teatro, la danza y la performance a través de un carácter plástico e instalativo.
Sinopsis
Una mujer, un pollo y un león presentan un acontecimiento íntimo e indeterminado compartiendo nudos y cicatrices desde la pasión, la ironía y el drama. Es un acto de fe, un permiso para el recuerdo compartido y un encuentro provocado por la necesidad del desahogo. Vómito como ejercicio necesario de honestidad. Desprenderse, fascinarse a través de las heridas y la experiencia. Si paramos el tiempo para mirar, y vemos, encontraremos aquellas cosas guardadas, a veces olvidadas, y lo que no se vomita marea.
Te invitamos a rezar, a parar el tiempo y a contemplar, a mantener aquella conversación pendiente con aquello que para ti es tu divinidad. No es teatro, no es danza, no es performance. Es un acto de Amor.
¿Qué somos cuando dejamos de considerarnos con el deber de ser productivos? ¿Qué nos mueve entonces? Escuchar deseos, necesidades, cosas guardadas ¿Cuál es realmente el discurso honesto de nuestro cuerpo profundo.