Una modesta proposición (no de ley)

Una modesta proposición (no de ley)

Una modesta proposición (no de ley) es la nueva propuesta escénica de la compañía Alêthei Teatro dirigida por Marcos Llamas.

Sinopsis

Madrid, Congreso de los Diputados. Un veterano político de uno de los partidos más importantes y hegemónicos de España sube al estrado para defender, ante el resto de representantes de la cámara, una extraña y sorprendente Proposición No de Ley, una proposición que, ante los estragos que la desigualdad está provocando en la ciudadanía, pretende solucionar para siempre los problemas del hambre y la precariedad, proporcionando, al mismo tiempo, un punto de arranque a la maltrecha economía española, excesivamente dependiente de sectores como el turismo.

Nuestro político, agarrando firmemente el cartapacio donde lleva condensadas en unas cuantas hojas tantas y tan largas horas de trabajo y sentido de Estado, sube al estrado y bebe un sorbo de agua. La expectación es máxima. Levanta la cabeza y mira fijamente al público. Carraspea. Toma aire. «Señorías…», comienza a decir. Y mientras lanza su discurso (solvente, profesional, como siempre que la situación lo requiere), piensa que si no fuera por él, por gente como él, España, occidente, el mundo… estarían perdidos y todo se reduciría, simple y llanamente, al caos.

Duración:
Edad:
A partir de 13 años
Sinopsis

Madrid, Congreso de los Diputados. Un veterano político de uno de los partidos más importantes y hegemónicos de España sube al estrado para defender, ante el resto de representantes de la cámara, una extraña y sorprendente Proposición No de Ley, una proposición que, ante los estragos que la desigualdad está provocando en la ciudadanía, pretende solucionar para siempre los problemas del hambre y la precariedad, proporcionando, al mismo tiempo, un punto de arranque a la maltrecha economía española, excesivamente dependiente de sectores como el turismo.

Nuestro político, agarrando firmemente el cartapacio donde lleva condensadas en unas cuantas hojas tantas y tan largas horas de trabajo y sentido de Estado, sube al estrado y bebe un sorbo de agua. La expectación es máxima. Levanta la cabeza y mira fijamente al público. Carraspea. Toma aire. «Señorías…», comienza a decir. Y mientras lanza su discurso (solvente, profesional, como siempre que la situación lo requiere), piensa que si no fuera por él, por gente como él, España, occidente, el mundo… estarían perdidos y todo se reduciría, simple y llanamente, al caos.

Ficha artística
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