Vanessa Montfort: El síndrome del copiloto

Vanessa Montfort: El síndrome del copiloto

El síndrome del copiloto es una adaptación teatral de Mujeres que compran flores, escrita por la novelista y dramaturga Vanessa Montfort

Sinopsis

Nunca olvidaré la primera vez que vi a Marina. Fue una imagen poderosa: una mujer sobre un velero en medio del mar. Navegaba sola por primera vez. Dialogaba a ratos consigo misma, a ratos con el recuerdo de Óscar, su compañero muerto. Seguía sus instrucciones una vez más para cumplir una promesa: arrojar sus cenizas en Tánger. Pero… ¿acudía a su encuentro para verbalizar lo nunca dicho o para liberarse de él y seguir adelante? Así comienza este diálogo realista entre hombre y mujer dentro de un espacio mágico y cambiante, como el mar. Porque el mar nunca se detiene, como la vida.
Sé que a Marina no se lo puse fácil. Sue un síndrome heredado contra el que tendrá que luchar. En teoría, ha sido educada para ser libre pero también en el sacrificio. En la práctica, se ha sentado en el asiento del copiloto. La felicidad de los demás siempre ha pesado más que la suya. Marina: sus sueños recuperados, su lucha contra los elementos, su pelea por la libertad, su nueva rebeldía. Óscar: el que ella quiere recordar en conflicto con el que reconstruirá a partir de todo lo que guardó en su barco. Los espectadores acompañarán en su odisea a una antiheroína contemporánea que no quiere ser un héroe de leyenda sino tomar el timón de su propia vida. Porque vivir es una tarea urgente.
Hay personajes de novela que tienen la vocación de reencarnarse en otras artes. Lo curioso es que Marina y su viaje han recorrido el camino inverso: esta historia tuvo un corazón teatral que terminó latiendo en el interior de una novela: Mujeres que compran flores. Hoy saldo una doble deuda con mis personajes y con mis lectores al devolver a Marina y a Óscar al teatro.
Vanessa Montfort

Duración:
Idioma:
Castellano
Sinopsis

Nunca olvidaré la primera vez que vi a Marina. Fue una imagen poderosa: una mujer sobre un velero en medio del mar. Navegaba sola por primera vez. Dialogaba a ratos consigo misma, a ratos con el recuerdo de Óscar, su compañero muerto. Seguía sus instrucciones una vez más para cumplir una promesa: arrojar sus cenizas en Tánger. Pero… ¿acudía a su encuentro para verbalizar lo nunca dicho o para liberarse de él y seguir adelante? Así comienza este diálogo realista entre hombre y mujer dentro de un espacio mágico y cambiante, como el mar. Porque el mar nunca se detiene, como la vida.
Sé que a Marina no se lo puse fácil. Sue un síndrome heredado contra el que tendrá que luchar. En teoría, ha sido educada para ser libre pero también en el sacrificio. En la práctica, se ha sentado en el asiento del copiloto. La felicidad de los demás siempre ha pesado más que la suya. Marina: sus sueños recuperados, su lucha contra los elementos, su pelea por la libertad, su nueva rebeldía. Óscar: el que ella quiere recordar en conflicto con el que reconstruirá a partir de todo lo que guardó en su barco. Los espectadores acompañarán en su odisea a una antiheroína contemporánea que no quiere ser un héroe de leyenda sino tomar el timón de su propia vida. Porque vivir es una tarea urgente.
Hay personajes de novela que tienen la vocación de reencarnarse en otras artes. Lo curioso es que Marina y su viaje han recorrido el camino inverso: esta historia tuvo un corazón teatral que terminó latiendo en el interior de una novela: Mujeres que compran flores. Hoy saldo una doble deuda con mis personajes y con mis lectores al devolver a Marina y a Óscar al teatro.
Vanessa Montfort

Fotos y vídeos
Artículos relacionados
¡Enlace copiado!