Con Corpus, Bobés inicia un nuevo recorrido, una exploración diferente que dará como resultado una pieza más abstracta donde básicamente el intérprete dialoga con una escultura, acompañado de música clásica interpretada en directo.

Sinopsis

La relación con los objetos ha marcado la trayectoria del actor y manipulador catalán Xavier Bobés, cuyo trabajo alcanzó una gran dimensión tras el estreno en 2015 de Cosas que se olvidan fácilmente, un espectáculo de pequeñísimo formato (para 5 espectadores) sobre la memoria de los objetos cotidianos, que ha tenido un gran recorrido y que mereció varios premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional.

«Quiero trabajar la manipulación y el vínculo que se establece con un objeto que está pensado para exponerse –explica Bobés–, una escultura inacabada en la que pueda verse la metamorfosis, en el sentido de que es una pieza que se esculpe lo mismo que se destruye, se transforma. Es la relación entre un cuerpo humano y un cuerpo vegetal, ya que la materia es la madera y en su descomposición podemos llegar hasta el árbol. El cuerpo es mi casa y esta casa que soy se transforma, se deteriora, se recompone. A veces es infranqueable, a veces es permeable a las dudas, al tiempo, a los elementos. Otros cuerpos que son otras casas vienen a visitar la mía».

La pieza tendrá lugar en una sala pequeña para no más de 25 personas, porque busca una íntima proximidad con el público, en una disposición frontal pero cercana, envolvente. Se trata de explorar «la cosificación del vínculo que toda persona tiene con su ‘cuerpo objeto’, desvelando su sentido poético y estudiando sus posibilidades de interpretación, transformación y representación plástica y de movimiento». Más que un espectáculo, es un paisaje de silencio y quietud en busca de la elocuencia de los cuerpos, los cuerpos animales y los cuerpos vegetales.

Duración:
Idioma:
Sin palabras
Sinopsis

La relación con los objetos ha marcado la trayectoria del actor y manipulador catalán Xavier Bobés, cuyo trabajo alcanzó una gran dimensión tras el estreno en 2015 de Cosas que se olvidan fácilmente, un espectáculo de pequeñísimo formato (para 5 espectadores) sobre la memoria de los objetos cotidianos, que ha tenido un gran recorrido y que mereció varios premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional.

«Quiero trabajar la manipulación y el vínculo que se establece con un objeto que está pensado para exponerse –explica Bobés–, una escultura inacabada en la que pueda verse la metamorfosis, en el sentido de que es una pieza que se esculpe lo mismo que se destruye, se transforma. Es la relación entre un cuerpo humano y un cuerpo vegetal, ya que la materia es la madera y en su descomposición podemos llegar hasta el árbol. El cuerpo es mi casa y esta casa que soy se transforma, se deteriora, se recompone. A veces es infranqueable, a veces es permeable a las dudas, al tiempo, a los elementos. Otros cuerpos que son otras casas vienen a visitar la mía».

La pieza tendrá lugar en una sala pequeña para no más de 25 personas, porque busca una íntima proximidad con el público, en una disposición frontal pero cercana, envolvente. Se trata de explorar «la cosificación del vínculo que toda persona tiene con su ‘cuerpo objeto’, desvelando su sentido poético y estudiando sus posibilidades de interpretación, transformación y representación plástica y de movimiento». Más que un espectáculo, es un paisaje de silencio y quietud en busca de la elocuencia de los cuerpos, los cuerpos animales y los cuerpos vegetales.

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