Yo no tengo nombre consiste en un monólogo escrito y leído por el público al final del día que se desliza sobre una pantalla led colocada al aire libre.
Sinopsis
En esta propuesta de El Conde de Torrefiel, el paisaje se convierte en todos los elementos de una pieza teatral: es escenografía, es sonido y luz, es narrador y protagonista, en un monólogo que da voz a algo tan esencial y amenazador para nuestra vida como es la Naturaleza.
El concepto de paisaje guarda muchas similitudes con el teatro. Paisaje y naturaleza son dos mundos muy distintos. ¿Qué está en juego hoy en día en nuestra relación con la «naturaleza» y sus representaciones, y en la relación entre los espacios urbanos y rurales, en una época en que nuestro clima y nuestros recursos nos conducen hacia una nueva conciencia de fragilidad e interdependencia? ¿Cómo sería un monólogo de la Naturaleza?¿Qué nos diría?
Un texto que es subtítulo del paisaje que lo acoge. La pantalla traduce en palabras lo que la Naturaleza quiere decir a los humanos del presente. Un dispositivo poético que gira 180º el punto de vista, para imaginar cómo el ser humano es percibido por la Naturaleza. Un texto que pone en evidencia las contradicciones de esta relación de lo humano con su fuente primigenia, a través de un discurso cuyo tono oscila entre el oráculo y el sueño, entre la historia y la ficción, y que invita a recorrer las edades de nuestro mundo.