Los Gavilanes es una zarzuela con música de Jacinto Guerrero y libreto de José Ramos Martín.
Sinopsis
Tras una larga estancia en el Perú, Juan vuelve a su aldea natal, viejo pero inmensamente rico. Es precisamente esa riqueza la que hace que el alcalde de la Aldea, Clarivan, y el jefe de gendarmes, Triquet rivalicen entre sí para demostrar que, antaño, fueron íntimos del indiano, mientras, el hermano de Juan, Camilo, y su hija Enma, lucen ostentosamente las joyas regaladas por el indiano.
Familiares, amigos y paisanos beben a la salud del emigrado, momento en el cual Juan cuenta la verdadera razón de su partida: el amor de una mujer, Adriana. En su voluntario destierro supo que Adriana había sido casada, prácticamente obligada por su madre, Leontina, con un hombre y hoy se entera de que la mujer ahora es viuda y pobre, y que además, cuenta con una bella hija, Rosaura, en edad casadera.
Juan trata de granjearse la ayuda de doña Leontina, a favor de sus intenciones matrimoniales. No obstante, las descaradas indiscreciones de Clariván y Triquet obligan al indiano a confesar que es con Rosaura, la hija de Adriana, con quien desea casarse. El escándalo es mayúsculo y quienes se habían mostrado amigos íntimos del indiano, se declaran ahora enemigos y le desprecian, Adriana se lleva un duro revés del hombre que pudo ser su marido y Rosaura debe renunciar a su verdadero amor, el joven Gustavo.
En el último acto, Juan, a quién el pueblo llama «El Gavilán», ha pagado las deudas de Adriana y su familia para obligar a Rosaura a casarse con él. La víspera de la boda está ya todo preparado y madre e hija están desoladas y dispuestas al sacrificio, sin embargo, pronto Juan el Indiano comprende que está herrando y dice a Gustavo que puede llevarse a su enamorada, pero no a escondidas, sino a la vista de todos. Mañana habrá boda, pero los novios serán Gustavo y Rosaura.