Desde pequeñas, Noemí y Andrea han basado su amistad en el simple hecho de que una de ellas es, apenas, dos años mayor que la otra. Esta amistad casi fraternal comienza a agrietarse cuando Noemí, la más joven, decide salir con hombres cada vez mayores plasmando en ellos la admiración que antes depositaba en su amiga – a los que Andrea no ve con muy buenos ojos. ¿Hasta que punto debemos seguir escuchando los problemas de la otra persona si esta siempre ignora nuestros consejos?
La CasaÁrbol Teatro nos trae esta obra escrita y dirigida por Lorena Cervantes que ya ha gozado de su éxito de crítica y público en anteriores temporadas y que ahora retoma la Sala Azarte con un montaje muy acertado. La pieza trata temas como el valor de la amistad, la honestidad y la dependencia de los demás desde un prisma cómico, sin dejar de lado su lado más reivindicativo y reflexivo sobre el abuso de poder que, en ocasiones, se produce en relaciones con una diferencia de edad notable. Es siempre un acierto ver obras cómicas que usan las risas para dejarnos un poso que se queda con nosotros una vez abandonamos la sala y que permiten que se generen debates muy fructíferos. Las tres actrices están al servicio de la obra y desprenden una naturalidad y veracidad asombrosa. Conocen sus personajes, el recorrido emocional que tienen de principio al final y les aportan sus propios matices y recursos que no hacen sino elevar su trabajo. El resultado final se ve favorecido por su labor y por un guion que sabe perfectamente donde enganchar al espectador para que este se ría y quiera conocer más de la historia.