La excelencia creativa y artística son motivos más que suficientes con los que señalar a Jesús Rubio Gamo. Y la obra Acciones sencillas es un buen ejemplo de ello. Este conjuro escénico sorprende por la simplicidad con la que empieza y emociona por su despliegue en cuanto a danza, ritmo y resistencia.
Clara Pampyn, Olaia Valle, Natalia Fernandes, Raúl Pulido y Diego Pazó son los cuerpos que danzan y habitan una estructura que se repite y que va creciendo en fuerza y energía según pasan los minutos. Es fácil embobarse con ellos y ellas, especialmente cuando un dúo se convierte en protagonista o cuando las ropas dejan de estar presentes.
La joya de esta pieza son 3 cantadoras y palmeras en directo; Blanca Paloma, Desiré Paredes y Paz de Manuel ponen voz, música y palmas y conquistan al patio de butacas con su arte flamenco y salvaje. La calidad y la entrega pasional de este trío, junto a la composición de José Pablo Polo, perfeccionan una propuesta que navega desde lo mínimo para llegar a una poética corporal y sensorial única en escena.
El bailarín y coreógrafo Jesús Rubio Gamo es todo un maestro en crear e hipnotizar y en acercar sensaciones e imágenes que dejan poso más allá de la duración de la función. Todo ello estaba ya presente en su Gran Bolero y continúa en Acciones sencillas, en la que se examina con detalle los gestos, la voluntad de la danza y la unión de los cuerpos plenamente entregados y confiados al movimiento.
Reseña completa en Proyecto Duas.