Mientras escribo esta humilde opinión tengo las emociones a flor de piel con Afterglow. Para que la historia sea creíble los actores lo tienen que ser y Christian Escuredo, Andrés Acevedo y Jorge Vidal son capaces de traspasar al espectador sus emociones, sus miedos, sus silencios, etc. La historia de Afterglow es una unión de cosas como: la música tan increíble que con sus letras te cuentan pequeños retazos de lo que no se dice en voz alta; los cambios de escenario y ese juego de luces tan bonito, pero a la vez tan sutil que pasa desapercibido, y que según quien está en escena varían las tonalidades e incluso la forma de caminar o de cruzarse en el camino es algo que suma. Sin Christian, Andrés y Jorge la obra no sería e igual. Todos los actores están sublimes y son capaces de hacer que duela cada te quiero e incluso que te enamores con los recuerdos…
Afterglow es una obra con muchas capas y en estas capas están los personajes. Sientes, vives y cada palabra o decisión que se toma se te mete en cada poro de tu piel. En la obra también te das cuenta de lo egoístas que podemos llegar a ser, de lo cobardes que somos, y es que parafraseando a Woody Allen «El corazón quiere lo que el corazón quiere.»