Alaejos; pocos y lejos, nos trae un intento de reconstrucción de la Historia, a partir de las historias vividas por nuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos que cuentan a través de sus recuerdos -a los que por suerte han podido conocerlos-, los relatos de sus experiencias vividas en momentos históricos como fueron años de la Segunda República, la Guerra Civil y la posguerra.
Cuatro jóvenes, David, Leticia, Itxaso y Juan Carlos, nos hacen viajar a los años en los que nuestros mayores eran jóvenes mediante pequeños recuerdos que se les contaron, han descubierto por medio de la memoria de otros, a través del intento de investigación en los contenidos del Centro Documental de Memoria Histórica o incluso en la búsqueda por internet; y nos cuentan o lo intentan, la historia de sus abuelos, bisabuelos, etc. desde momentos felices de cómo se conocieron en una fiesta de un pueblo y se enamoraron, a los momentos tristes de cómo algunos desaparecieron, les torturarón e incluso mataron. Ellos mismos intentan reconstruir y representar la historia de sus antepasados, interpretando a modo de juego a sus propios abuelos, bisabuelos y cómo creen que debieron de vivir esos momentos, algunos teniendo alguna información sobre ello y otros desde el más profundo desconocimiento.
Una obra que aunque tiene ciertos momentos en los cuales no se llega a entender bien todo lo representado, nos lleva desde la risa a través de los recuerdos de los familiares de los cuatro jóvenes que nos hacen recordar a los nuestros propios, a momentos que te emocionan y te llevan a que la lagrimilla quiera asomar y ser protagonista.