Salirse de la línea y romper la norma social no es un camino fácil. No lo fue tampoco para Alan Montoliu, el chico de Rubí (Barcelona), que se quitó la vida en el 2015, después de sufrir acoso en varias escuelas. Había iniciado la transición de género. El trágico final de Alan causó un gran alboroto social y puso en evidencia la gravedad del bullying, presente en todos los centros educativos, que desde entonces han ido integrando unos procesos de prevención y detección que desgraciadamente no han conseguido extinguir esta lacra social. Para recordar y homenajear la valentía y el trágico desenlace de Alan, la productora WeColourMusic, capitaneada por Mateu Peramiquel y Mar Puig, han creado un musical cargado de sensibilidad y emoción, con unas composiciones modernas y vibrantes (os encantará si son fans del legado de Jonathan (Larson) y música en directo.
La acción nos sitúa en la casa familiar donde viviremos la transformación de Mia para convertirse en Alan. El espectáculo nos sumerge en las dudas, la inquietud, la angustia y la incomprensión propia de la adolescencia, que se ven multiplicados por la falta de empatía y apoyo no sólo de los compañeros de clase, también de los profesores, médicos, psicólogos o la misma burocracia. Incluso el abuelo genera una microviolencia hacia su nieto, cuando reiteradamente se dirige a él con su deadname y vive ajeno a su proceso emocional. De esta manera el musical pone de manifiesto cómo los obstáculos que debe soportar una persona que está transicionando no son sólo los insultos o las agresiones físicas, sino cada vez que alguien te recuerda que estás fuera del sistema. Acompañando a Alan encontraremos a una madre tierna y extravagante, interpretada por la siempre fantástica Patricia Paisal, quien abrazará con sus canciones a un hijo que cae en picado hacia la oscuridad. La pequeña Vinyet Morral da vida a Mia, un miembro de la familia muy especial, juguetona y entrañable, que supondrá uno de los grandes aciertos dramatúrgicos de la función. Cisco Cruz interpreta con solvencia todos los demás papeles del auca. Cabe remarcar la excelente interpretación de Ander Mataró, que esperamos que tenga una trayectoria tan brillante como este debut en los escenarios.El musical Alan es la demostración del poder de la ficción, capaz de redibujar un mundo injusto, cruel y desigual, primero para tratar de entenderlo, y después para intentar cambiarlo. Hay muchos finales posibles en cada historia. Como en esta maravillosa pieza que nos regalan Mar Puig y Mateu Peramiquel, nosotros también podemos contribuir a que este siempre sea un final feliz.