El Teatro María Guerrero se lanza con una histriónica caracterización de los Borbón desde principios del siglo XX, serpenteando por algunas de sus facetas más extravagantes, dando así lugar a una pieza de casi dos horas, en las que se discurre por un sin parar de micro escenas, de entradas y salidas aceleradas, de los cuatro actores hombres que tocan la escena, tratando de mostrar esa cándida ridiculez que parece atravesar a esta generación de reyes, en concreto del tan recordado Alfonso XIII. En medio de sus motines, desfiles, cacerías, incluso de sus producciones de cine porno, la España de la época sufría sus propias revoluciones políticas y sociales, al tiempo que su monarca estaba desconectado de su realidad y obligaciones. Mucha brillantina, y bastantes más carcajadas de las esperadas, una apuesta distinta para la sala pequeña del teatro de Chueca.
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