Cabaret maldito para despertar los sentidos

Atención, señoras y señores, porque el Infierno ha abierto sus puertas para invitarles a acceder a la fiesta más gamberra y cachonda que se puedan imaginar, una fiesta donde el humor irreverente, las acrobacias de vértigo y la lujuria caminan de la mano. Es este un show divertido y provocador a partes iguales, y posiblemente sea esa provocación la que quizás lo haga no apto para todos los públicos ni para todas las sensibilidades o sería más exacto decir que este espectáculo sea ideal para disfrutarlo con la mente abierta y libre de prejuicios respecto a un tema tan tabú (en pleno siglo XXI) como el sexo. El hedonismo más dionisíaco y sensual impregna hasta sus últimas consecuencias la filosofía de este cabaret maldito, un cabaret en el que la comida y el placer se entrelazan hasta configurar eso que se ha venido en llamar «sitofilia». Las palabrotas también están a la orden del día en esta función que cuenta con el mismísimo Lucifer como Maestro de Ceremonias. Será el magnífico Suso Silva, director a su vez del espectáculo, el encargado de dar vida al Ángel Caído, conduciendo con mucha frescura esta función donde la interactuación con el público será casi constante. Pole dance, equilibrismo sobre la cuerda floja, piruetas y volteretas que desafían la fuerza de la gravedad, aquelarres, sacrificios y una boda infernal son solo algunos de los números que encontrarás si decides adentrarte en este palacio infernal que agradaría o no (quién sabe) tanto a Dante como al Bosco, precursores de la confección en el imaginario colectivo del averno, aunque aquí, ese lugar no es sinónimo de tormento sino de deleite.