Cenar fingiendo

Bellas y bestias

Bellas y bestias
27/10/2018

El Teatro Victoria acoge la cena de una actriz en sus momentos más duros como profesional y cuatro supuestos amigos en su casa. No hay ningún indicativo que nos diga que puede ir mal… ¿o si? A priori no, si no fuera por el alcohol que beben como si fuera agua. A partir de ahí, todo empieza a desfasarse y un seguido de conversaciones y hechos transcurren en el salón.
La dirección de este espectáculo, a cargo de Paco Rodríguez, pone sobre el papel la importancia que juegan las luces en los teatros; su capacidad de focalizar escenas y cambiar el ambiente del hecho dramático. Así como congelar el tiempo y romper la famosa cuarta pared, ya que los actores se dirigen a un público entregado a reír y a pasar un buen rato de la mano de esta comedia. El texto recoge la frustración de los actores acompañado del paso de los años y su incapacidad de hacer ciertos personajes por su edad, relacionado con esconderse detrás de la realidad personal más dura. También cabe destacar que transmite la importancia de mantener las relaciones reales y de echar aquellas que no te aportan nada y se consideran tóxicas. ¿Quién quedará?
El elenco demuestra una buena compenetración entre ellos que hasta finales de noviembre les conduce a vivir en una gran mentira. ¡Id!

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