Dos lesbianas quieren ser madres. El camino no es fácil, pero tampoco imposible. No tienen dinero, por lo que deciden llevar adelante cualquier tipo de hazaña para «quedarse embarazadas». Seducen a un hombre y ahí comienza la aventura…
Hacer reír es una de las artes más complicadas que existen. Y esta comedia cumple con su cometido: el público la pasa bien. Pero además se genera un espacio para reflexionar sobre las formas en las que muchas veces remamos contra corriente a la hora de buscar soluciones a situaciones complejas.
El escenario de la sala Azarte encaja a la perfección para esta obra. El público queda inmerso en un ambiente de completa cercanía física con los actores. Esto produce una enorme complicidad. ¡Y no puedo dejar de decir que el plantel de actores guarda un sinfín de sorpresas! Los invito a descubrirlas.