Tenemos la enorme suerte de tener en nuestra cartelera madrileña a «la Cenicienta, el musical » de los compositores Rodgers & Hammerstein. Si repasamos la historia de los musicales descubriremos que estos compositores son responsables de los mas famosos y recordados. Nacido para la televisión en 1957 fue tal el éxito que tuvo que se adaptó al teatro y ya lo tenemos aquí.
Toda la obra rebosa belleza, buen hacer y perfección. Aquí no encontraremos la versión almibarada de Disney ni hay personajes tiernos; esta versión es mas madura, empoderada y con toques de humor donde los personajes son fuertes y luchan por romper actitudes estereotipadas. La escenografía es muy practica y elegante y se mueve de una manera sigilosa y efectista. El vestuario tiene la estética de los años 50 y está impecablemente realizada; incluso podemos encontrar guiños al vestuario de Marilyn Monroe y de Audrey Hepburn en sus películas.
La música es ligera y dulce y las voces de los actores y actrices son maravillosas. Aunque todo el reparto está genial hay que destacar a la pareja de protagonistas: Paule Mallagarai y Briel González están genial en sus personajes, ninguno se hace cursi y son perfectamente creibles. La madrasta, interpretada por Mariela Peña, se hace odiar pero deseamos que salga a escena y que haga o diga mas maldades. María Gago y Caro Gestoso, Las hermanastras, tienen una construcción de personaje muy sutil y sus interpretaciones son muy distintas y muy bien conseguidas. Mayca Teba, la Hada Madrina, tiene una voz prodigiosa y su personaje es el catalizador de toda la acción, (atención a su transformación de mendiga a hada). José Navar y Jaume Giró están maravillosos en sus roles.
Aquí no hay calabazas ni varitas mágicas. Hay una obra muy bien trabajada, acorde con la época actual y con grandes efectos frutos del profesional equipo técnico de Stage, que entre cajas hace lo indecible para que la función salga redonda.
Podría estar durante muchas lineas cantando las alabanzas de la obra pero prefiero que vayáis a verla; si no os perderéis uno de los grandes fenómenos de la temporada.