En menos de un año La Caja Lista ha logrado poner en órbita un buen puñado de espectáculos de teatro interactivo, a cada cual más interesante, más elaborado y más emocionante, ofreciendo una alternativa teatral poco explotada en Madrid y logrando algo realmente difícil de conseguir que es, basándose en un mismo tipo de propuesta, lograr combinaciones infinitas que sigan interesando al espectador. Ahora llega Cluedo 1942: Asesinato en el Berlín Express, una nueva trama en la que nos adentraremos, literalmente -No hay que olvidar que el público es pieza fundamental dentro de estas propuestas- en la Alemania Nazi.
Nuevamente la sala se transforma y se reinventa, llevándonos al interior de un tren; sí, sí, ¡un tren! -Es estupendo comprobar la inventiva del equipo para crear diferentes ambientes en un espacio tan reducido- donde los pasajeros/público viajaremos, divididos en diferentes compartimentos, compartiendo espacio con los protagonistas de la historia.
La mecánica es sencilla: Ha habido un asesinato, el asesino viaja entre nosotros junto a un espectador cómplice, ¿seremos capaces de desvelar su identidad y los motivos del crimen? Las escenas se sucederán, intercaladas con momentos de intervención por parte del público – ¡Que nadie se asuste! Cada uno interviene cuanto quiere- Ofreciéndonos una pieza trepidante, llena de ritmo, que baila entre géneros. Qué gran idea la de entrelazar el misterio habitual de este tipo de historias con tramas llenas de romanticismo, emoción y épica histórica, redoblando el disfrute de un argumento que es un claro homenaje a Agatha Christie y su personaje más popular: Hércules Poirot.
En Cluedo 1942: Asesinato en el Berlín Express se nota el gusto de su creador, Javier Posadas, por la Historia, elaborando un cuidado entramado lleno de referencias reales que, tras la función, querrás conocer más a fondo. Además de estar plagado de pequeños detalles que (¡ojo!) serán claves para salir victoriosos de este nuevo espectáculo.
Mención a parte para el elenco que, para mi gusto, realiza uno de sus mejores trabajos, aportando atractivo a los personajes, dándoles dimensión y llenándolos de emoción, algo muy complicado si tenemos en cuenta el tipo de espectáculo que es, donde la brevedad de las escenas y los saltos entre cuadros complican el desarrollo de personaje. Tampoco hay que olvidar su magnífica capacidad de improvisación para lograr interactuar con todos y cada uno de los espectadores, haciéndonos sentir parte del espectáculo y logrando que el tiempo pase volando.
Una fantástica opción, llena de calidad, para aquellos que buscan ir un paso más allá en su experiencia teatral.