Imagina que, de repente, te citan por sorpresa tus amigos de siempre para hacerte lo que se conoce como una intervención. O lo que viene siendo un: «amiga date cuenta», cuando perciben que algo no va bien en tu forma de proceder…
Eso es lo que le ocurre al personaje que interpreta Natalia Millán. ¿El motivo? Ser partidaria de la teoría terraplanista. Lo que comienza con argumentos a favor y en contra de esta creencia pseudocientífica, acaba haciendo aflorar los secretos más crudos y sinceros. Humor, rencor, vergüenza, odio, arrepentimiento, miedo… Estos son los ingredientes de una obra que evoluciona de la risa a la reflexión, que intenta hacernos ver que todos tenemos nuestras taras y que el apoyo incondicional de un buen amigo, la mayoría de las veces, puede ayudar.
Una oda a la amistad, encabezada por un Luis Merlo entregado, que da vida a un personaje paranoico, pero que acaba emocionando por su vulnerabilidad.
Así que, como se hace en estas intervenciones, pido la palabra y cojo el cojín para deciros que no podéis perderos esta obra.