¿Te gusta tu trabajo? ¿Qué te ata realmente a ese puesto? ¿Está tu empresa sobrepasando las fronteras de lo ético? ¿Eres consciente de lo que esto afecta a tu vida personal? ¿De verdad te compensa? Son muchas las preguntas que se me vienen a la cabeza después de ver Contracciones en el Teatro Pavón.
Esta obra de teatro nos propone un planteamiento distópico que nos lleva muy al límite, y que juega precisamente con lo que, en muchas ocasiones, nos mantiene en nuestros puestos de trabajo: el miedo. El miedo al cambio, el miedo a lo desconocido, el miedo a no encontrar algo en un plazo relativamente razonable, el miedo a quedarnos con una mano delante y otra detrás.
Este miedo es el que hace que el personaje de Candela Peña no renuncie nunca a un trabajo que la ahoga cada vez más, con condiciones que sobrepasan cualquier límite razonable. Al principio con situaciones que son hasta cómicas, pero que terminan en una verdadera tragedia. Yo, desde mi butaca, fui pasando a la vez que Emma, su personaje, por todos los estados de ánimo posibles: «ay, qué tonterías tiene una que escuchar en las empresas; madre mía, esto es un poco feo; esta empresa se está pasando de la raya; venga ya, esto es inadmisible». Sentimientos que van llegando atropellados, uno detrás de otro, en algo menos de hora y media. El trabajo de Candela es espectacular. Te lleva con ella en este viaje emocional que termina destruyéndote, y haciendo que te replantees muchas cosas.
El personaje de Pilar Castro, la jefa de Emma, es bastante diferente, pero igual de elogiable. Una jefa sin nombre (no lo necesita, solo la haría parecer más humana, y no es lo que la empresa espera de ella), fría, muy distante (la distancia física entre las dos actrices durante toda la obra es otro trabajazo de escena), que se mantiene con esa actitud durante toda la obra, prácticamente. Se aprecia perfectamente el gran trabajo de dirección de actrices que hay detrás, tan necesario, en un espectáculo que lleva un ritmo sin tregua y en el que ellas son la obra de teatro, no hay más.
Solo puedo aplaudir un trabajo tan bien ejecutado, tan bien pensado y al que espero que le vaya fenomenal, como a esta nueva etapa del Pavón.