Enfrentarse a un texto como «La enfermedad de la juventud» siempre es un reto ya que la obra de Ferdinand Brückner me parece una de las más difíciles de transmitir. Ojo, no de representar, si no de transmitir. Esa angustia constante, ese desaliento generacional que invade el texto desde sus primeros pasos…
Y en este contexto, creo que lo más valorable de «De la Juventud», es ese salto al vacío de sus intérpretes, ese confiar en la buena mano de Juan Ceacero y su puesta en escena sin dudarlo. Ojalá, después de este SURGE, haya muchas más funciones para seguir investigando, representando y afinando todo ese mundo casi inabarcable que plantea el texto.