Todo comienza con tres personajes atrapados en un cuadrado futurista con luz propia y siguiendo un juego de palabras que obliga al espectador a intentar descifrar su mecánica. Este pobre crítico no lo consiguió, pero no me cabe duda que existe una lógica en ese juego de calentamiento. A partir de ahí se suceden siete escenas que tratan un, mas que posible, futuro dominado por la una tecnología deshumanizante. Siete pequeñas historias, algunas mas inspiradas que otras. Unas interesantes, otras desasosegadoras, otras aleccionadoras.
Los tres actores están comprometidos y entregados a sus (múltiples) personajes. Fantástico Jorge Páez, siempre concentrado y generoso. Alba Fontecha correcta en todo momento y Javi Hernández quizá algo pasado de intensidad en todos sus personajes, pero, sin duda, entregado a la causa. Especial mención al Arte. Un cuadrado de luz en el que los protagonista se odian y aman y del que no salen en ningún momento, como si fuera una jaula de oro (en este caso cibernética) que les esclaviza y deleita a partes iguales.
Es cierto que la obra tiene un regustillo a copia de la afamada serie británica «Black Mirror». Probablemente sea casual, pero alguna de las historias que conforman Dis7opia se asemeja mucho a alguno de los capítulos de la serie. En definitiva es esta una obra mas que recomendable que no deja impasible al espectador.