Nacho Guerreros y Nicolás Pérez Costa interpretan, respectivamente, a las Reinas Isabel I de Inglaterra y María Estuardo de Escocia en esta obra dirigida por el propio Nicolás y escrita por Pepe Cebrián. Ambos intérpretes se mimetizan en sus personajes para dar vida a estas dos monarcas tan famosas en la historia del Reino Unido. La eterna rivalidad entre las primas, las cuales nunca llegaron a verse en vida, se pone de manifiesto en esta pieza teatral en la que se tratan temas como la rivalidad, el honor, la trascendencia y el poder.
Es un gran acierto que ambos actores den vida a estas dos monarcas, ya que se subvierten así los roles de género y se diluye la línea de la feminidad y masculinidad del poder a través de los dos personajes. Y es que tanto Isabel I como María Estuardo tuvieron que hacerse valer y hacerse escuchar en un mundo dominado por hombres en el que el machismo y el patriarcado eran la tónica y en el que una mujer que con autoridad era percibida como una figura masculina. Esta realidad se hace latente en los pocos momentos de complicidad que las primas comparten en la obra al hablar de su relación con los hombres y de cómo estos las tratan.
El texto está escrito con suma exquisitez y tanto Nacho como Nicolás transitan sobre sus parlamentos con absoluta maestría. En tiempos en los que se prima la veracidad y lo coloquial sobre el escenario, es de agradecer ver otro tipo de productos que nos acercan a otras formas posibles de expresión y que nos traen, en el buen sentido, al teatro antiguo en su forma. Los dos actores encarnan a sus personajes con talento, franqueza y y delicadeza. Una aproximación a esta historia que merece la pena escuchar y ver y a la que auguro un gran recorrido.