El Banco es una obra heredera directa del Teatro del Absurdo aunque con matices. En esta ocasión asistimos al viaje de unos personajes a través de unas historias. Los actores implicados en su búsqueda, nos muestran su ductilidad y credibilidad a cada momento. La dirección de Adrián Pulido les ayuda a canalizar cada escena y a no darnos tregua, si bien es cierto que algún momento se hace un poco largo innecesariamente.
La única escenografía es un banco, el cual se convierte en el protagonista absoluto de la historia junto con la iluminación que es digna de alabanza.
A veces es necesario que una obra no nos lo explique todo; simplemente que nos deje un margen de concepción y entendimiento al espectador. No es un texto para entender, es para sentir.
En resumen: es una función muy completa y trabajada donde nada se deja al azar. Si queréis pasar una tarde distinta, el teatro os está esperando.
