Siempre es un espectáculo ir al teatro de la Zarzuela, y el Barberillo de Lavapiés no es excepción. Con Borja Quiza en el papel protagonista del barbero, la obra pasa volando. Su impresionante voz llena todo el teatro sin aparente dificultad, su desparpajo y su sonrisa levantan aplausos inmediatos y más en ese maravilloso dúo que hace con Cristina Faus, en el papel de Paloma, la costurera que el barbero pretende. Emocionante escena muy bien recibida por el público, muy bien interpretada por ambos.
Destaca también el vestuario por sus agradables colores, por el efecto estético que causa cuando en el escenario ya no cabe un alfiler más, cuando tantas voces se unen a la perfección. Parece que nos olvidemos de que esta gente sigue en esta esquinita de Madrid haciendo cosas tan difíciles como esta, uniendo tantas artes en un mismo lugar. Es evidente que hay muchísimo trabajo detrás de un espectáculo así, aunque su resultado sea tan bueno que a veces parezca casi fácil.
Dirigida por el todoterreno Alfredo Sanzol, y con la dirección musical a cargo de José Miguel Pérez-Sierra, El barberillo de Lavapiés merece mucho la pena, para aficionados y para no aficionados de la Zarzuela.